En el sector de la movilidad, existen distintos tipos de llantas, cuya clasificación se basa en una serie de criterios técnicos que influyen directamente en su rendimiento. Los factores más comunes para diferenciarlos son por el material de fabricación, el diseño de la banda de rodadura, las dimensiones y el tipo de carcasa interna. Cada uno de estos elementos impacta en aspectos clave como la estabilidad, la tracción, el frenado y la resistencia al desgaste del neumático.
La elección de la llanta correcta contribuye a la seguridad de la operación logística, pero no la exime de los riesgos inherentes del transporte. Por esta razón, en SafeLink Tracking te ofrecemos nuestro servicio de monitoreo activo, el cual permite el rastreo de la unidad de carga durante su traslado por carreteras nacionales e internacionales.
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Tipos de llantas según su diseño: ¿Cómo influye la banda de rodadura?
Uno de los elementos más importantes de cualquier llanta es la banda de rodadura, que es la parte que tiene contacto directo con el suelo. Su diseño varía de acuerdo con el propósito del neumático, afectando aspectos como el agarre, la tracción y la eficiencia al frenar o acelerar. Los diferentes tipos de llantas de esta clasificación son los siguientes:
- Banda con bloques. Este tipo presenta bloques independientes que se interconectan para proporcionar mayor estabilidad y maniobrabilidad, especialmente en caminos mojados. Su vida útil es algo más limitada, pero su rendimiento es ideal para quienes manejan en zonas lluviosas o superficies húmedas.
- Banda de rodadura asimétrica. Tiene un diseño desigual: el lado exterior cuenta con bloques grandes y el interior con pequeños. Esto mejora el agarre en curvas, convirtiéndolo en una excelente opción para autos deportivos o de alto rendimiento.
- Banda de rodadura direccional. Sus surcos están diseñados en forma de “V”, lo que permite evacuar el agua con mayor eficacia y reducir el riesgo de aquaplaning. Su diseño también favorece la tracción en superficies mojadas y condiciones de alta velocidad, aunque tienden a desgastarse más rápido.
- Banda en costillas. Presenta canales paralelos al eje de dirección, por lo que ofrece gran estabilidad en carretera. Es muy común en vehículos que circulan principalmente en zonas urbanas o en vías asfaltadas.
- Banda de rodadura repetitiva. Compuesta por múltiples surcos ortogonales, esta banda es perfecta para vehículos de carga o todoterreno, ya que ofrece gran tracción tanto al frenar como al acelerar, incluso en superficies irregulares.
Según su material: resistencia, peso y rendimiento
El material del que están hechas las llantas influye directamente en su durabilidad, peso y capacidad de carga. Elegir el más adecuado de los siguientes casos dependerá del tipo de vehículo y del uso que se le dará:
- Llantas de acero. Estos tipos de llantas son las más resistentes en cuanto a carga pesada y soportan bien las variaciones de temperatura. Aunque su diseño es más básico y su peso mayor, siguen siendo usuales en vehículos comerciales y modelos de gama baja gracias a su bajo costo y durabilidad.
- Llantas de aluminio. Estas llantas son ligeras, resistentes a la corrosión y tienen un excelente desempeño en curvas, además de mejorar el consumo de combustible por su bajo peso. Se usan ampliamente en vehículos de gama media y alta por su buena relación calidad-precio.
- Llantas de aleación. Fabricadas a partir de una mezcla de metales como níquel o magnesio, combinan la ligereza del aluminio con la resistencia de otros materiales. Son una opción muy popular en vehículos modernos por su equilibrio entre estética, resistencia y rendimiento.
- Llantas de magnesio. Son extremadamente ligeras, por lo que mejoran considerablemente el rendimiento del auto. No obstante, su producción es más costosa y requieren mayor mantenimiento, por lo que suelen reservarse para vehículos deportivos o de lujo.
Cada material tiene ventajas específicas, y entenderlas es clave para seleccionar la mejor llanta según tus necesidades y presupuesto.
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Según su estructura: estabilidad, durabilidad y propósito
La estructura interna de la llanta, conocida como carcasa, también define su comportamiento. Existen varios tipos de llantas estructurales, cada una con características particulares:
- Neumáticos sólidos. No contienen aire, sino que están hechos de un material denso y resistente. Su gran ventaja es que no pueden pincharse, lo que los convierte en la mejor opción para vehículos industriales o maquinaria pesada que opera en entornos exigentes.
- Neumáticos radiales. Tienen capas dispuestas en ángulos perpendiculares al sentido de la marcha, reforzadas con cables metálicos. Esta construcción ofrece una mayor flexibilidad, mejor adherencia y durabilidad superior, por lo que son ideales para autos de uso diario.
- Neumáticos diagonales. Están hechos con capas de tejido colocadas en ángulo sobre la carcasa. Son más rígidos que los radiales y ofrecen buena resistencia en superficies irregulares, aunque su estabilidad lateral es menor. Se usan en vehículos todoterreno o agrícolas.
Adicionalmente, la estructura de la llanta afecta su capacidad de carga, velocidad y comodidad durante el viaje. Elegir entre un neumático sólido, radial o diagonal dependerá del tipo de conducción y del entorno en el que se utilizará el vehículo.
Como puedes ver, existen múltiples tipos de llantas que se clasifican por diseño, por material o por estructura. Cada uno responde a diferentes necesidades y estilos de conducción. Ya sea que busques mayor tracción en lluvia, mejor rendimiento en carretera o más resistencia en entornos industriales, hay una llanta ideal para tus necesidades.
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Fuente: Autoland