En la búsqueda constante por optimizar la logística, reducir costos y maximizar la eficiencia operativa, los megacamiones se han convertido en una solución cada vez más popular. Estos vehículos cuentan con una longitud que puede alcanzar los 25,25 metros y su peso máximo ronda las 60 toneladas, por lo que son capaces de transportar mercancías de gran tamaño. Pese a los beneficios de este tipo de camiones, lo cierto es que su uso implica desafíos importantes para la infraestructura vial.
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Conoce cuáles son los desafíos de la logística terrestre en zonas rurales
¿Qué son los megacamiones y por qué ganan terreno en la industria?
Un megacamión es un vehículo de transporte terrestre de gran capacidad, que está compuesto generalmente por una cabeza tractora con un semirremolque de 7,8 metros y otro adicional de 13,6 metros. Su aparición responde a la necesidad de las empresas de transporte de reducir el coste unitario por kilogramo transportado, al permitir el movimiento de grandes volúmenes de mercancía en un solo trayecto.
Esta eficiencia ha llevado a que los megacamiones se utilicen de forma creciente en países europeos como España, Alemania o Suecia, además de tener antecedentes en el mercado norteamericano, donde se han implementado soluciones similares desde hace décadas.
Incluso se ha ido un paso más allá con los llamados duotráilers, que utilizan dos remolques de 13,6 metros y pueden alcanzar hasta 70 toneladas. Aunque la diferencia en dimensiones no es drástica respecto al megacamión, el impacto sobre la infraestructura sí lo es, ya que el peso y el número de ejes influyen directamente en el desgaste y esfuerzo que debe soportar cada vía.
Además del ahorro económico, estos vehículos ofrecen beneficios operativos importantes, como lo son los siguientes:
- Menor consumo de combustible por tonelada transportada.
- Reducción del número de viajes para mover el mismo volumen de mercancía.
- Disminución de emisiones contaminantes, al consolidar la carga en menos unidades.
Sin embargo, este tipo de transporte requiere condiciones muy específicas para operar con seguridad y eficiencia, lo que nos lleva al siguiente punto.
¿Qué tipo de carreteras son aptas para estos vehículos?
El tamaño y peso de los megacamiones implica que no pueden circular por cualquier vía. Estos vehículos necesitan infraestructuras adaptadas, tanto por su longitud (que dificulta giros cerrados) como por el impacto que generan sobre el pavimento, los puentes, muros de contención y otras estructuras asociadas a las carreteras.
En términos generales, estos vehículos pueden transitar por:
- Autopistas y autovías con calzadas anchas, curvas suaves y pavimentos reforzados.
- Carreteras convencionales con doble sentido, siempre que cumplan ciertos requisitos de resistencia y espacio.
- Zonas industriales o centros logísticos especialmente habilitados para maniobrar y cargar/descargar mercancía.
En Europa, la Dirección General de Tráfico ha establecido una serie de normativas para permitir su circulación, como:
- Autorización especial para el conductor y para el vehículo.
- Restricciones de velocidad y adelantamiento.
- Uso obligatorio de luces encendidas y señalización específica.
- Limitación de rutas para evitar zonas de riesgo como tramos montañosos o vías estrechas.
Por otra parte, en México, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) ha comenzado a realizar obras de rehabilitación en puentes, pavimentos y señalización, anticipando un crecimiento en la demanda de transporte de alto tonelaje. Un ejemplo de ello son los trabajos programados en la carretera México-Cuernavaca y otras rutas clave del país.
Una comparación útil para entender las exigencias de estos vehículos es el pavimento utilizado en pistas de aterrizaje. Aunque a simple vista son similares al de una autopista, las pistas están diseñadas para soportar cargas mucho mayores. Si un camión pesara 420 toneladas, por ejemplo, necesitaría una superficie como la de un aeropuerto. Los megacamiones no alcanzan ese nivel, pero sí obligan a reforzar los materiales y métodos constructivos para evitar un deterioro acelerado de las vías.
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Los desafíos estructurales
Uno de los principales desafíos que plantea la circulación de megacamiones es el impacto que tienen sobre las estructuras de soporte de las carreteras. Su gran peso transmite fuerzas mecánicas intensas tanto en vertical como en horizontal, que pueden provocar daños acumulativos si no se gestionan adecuadamente.
Por ejemplo, al circular por un puente, el peso de un megacamión genera:
- Esfuerzos verticales que comprimen el pavimento y las capas inferiores.
- Esfuerzos horizontales en movimiento, que crean tracción y compresión al avanzar, afectando tanto al firme como a los elementos estructurales (columnas, pilas, juntas).
- Fuerzas cortantes, especialmente cuando el vehículo se mueve a velocidad, que pueden actuar como cizallas sobre el concreto reforzado.
Estos fenómenos no son exclusivos de los megacamiones, pero su peso los intensifica de forma significativa, acelerando el desgaste y acortando la vida útil de las infraestructuras. En zonas montañosas, por ejemplo, el peso adicional puede aumentar la presión sobre muros de contención, poniendo en riesgo la estabilidad de la vía si no se han tomado previsiones.
Por ello, antes de habilitar un tramo para el paso frecuente de este tipo de vehículos, es indispensable realizar cálculos estructurales rigurosos, evaluaciones geotécnicas y análisis del comportamiento dinámico del firme.
En muchos casos, los ingenieros deben decidir si:
- Reforzar la infraestructura para permitir la circulación segura de megacamiones.
- Limitar el acceso únicamente a ciertos vehículos o a determinadas franjas horarias.
- Permitir el tránsito, aceptando un menor ciclo de vida útil del pavimento como parte del costo logístico.
En todos los casos, es crucial encontrar un equilibrio entre los beneficios económicos del uso de megacamiones y los costos asociados al mantenimiento y rehabilitación de las vías.
En conclusión, los megacamiones ofrecen mayor capacidad de carga y eficiencia en combustible, por lo que se perfilan como una herramienta estratégica para las empresas de transporte y logística. Sin embargo, también plantean desafíos complejos para la infraestructura vial, que debe estar a la altura del peso, longitud y dinámicas de estos vehículos.
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Fuente: Ubicalo