La transición hacia una movilidad más sostenible ha impulsado múltiples innovaciones en la industria automotriz. Entre ellas, el desarrollo de carreteras electrificadas se perfila como una de las soluciones más prometedoras para reducir la dependencia de estaciones de carga estáticas y fomentar el uso de vehículos eléctricos. Estas vías permitirán la recarga en movimiento, disminuyendo la ansiedad de autonomía y haciendo que el transporte sea más eficiente y accesible.
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¿Cómo funcionan las carreteras electrificadas?
Estas carreteras están diseñadas para suministrar energía eléctrica a los vehículos mientras circulan, permitiendo la carga en movimiento y reduciendo la dependencia de estaciones de carga fijas. Esta tecnología se basa en diferentes sistemas que facilitan la transferencia de electricidad de la carretera al vehículo.
Existen tres tecnologías principales para lograr carreteras electrificadas que permitan la recarga en movimiento:
- Carga inductiva. Utiliza bobinas eléctricas instaladas bajo el pavimento que generan un campo electromagnético, lo que propicia que los vehículos equipados con receptores capten esta energía para alimentar sus baterías. Este sistema es ideal para carreteras urbanas y vehículos ligeros, ya que elimina la necesidad de contacto físico y permite una carga sin interrupciones.
- Carga por contacto. Se basa en rieles conductores incrustados en la superficie de la carretera que transfieren electricidad a los vehículos mediante un brazo retráctil. Esta tecnología ha sido probada con éxito en algunos países europeos, demostrando su eficiencia en vehículos pesados y de larga distancia.
- Sistema de catenaria. Empleado principalmente en camiones y autobuses, consiste en cables aéreos que suministran electricidad de manera similar a los tranvías. Esta opción ha sido utilizada en autopistas específicas para transporte de carga, reduciendo significativamente el consumo de diésel.
Ventajas y retos de su implementación
Las carreteras electrificadas ofrecen múltiples beneficios para la movilidad sostenible:
- Mayor autonomía de carga. Al permitir la recarga en movimiento, los conductores no dependen exclusivamente de estaciones de carga estáticas.
- Menor impacto ambiental. Al reducir la necesidad de baterías grandes, se disminuye el consumo de materiales como el litio y el cobalto, lo que disminuye el impacto ecológico de su producción.
- Optimización del transporte de carga. Los camiones podrían operar con baterías más pequeñas y ligeras, reduciendo el peso total del vehículo y aumentando la eficiencia energética.
- Menor costo de operación. Con la posibilidad de recargar mientras circulan, los vehículos eléctricos podrían depender menos de infraestructuras de carga convencionales, lo que disminuiría costos a largo plazo.
Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos significativos:
- Alto costo de infraestructura. La construcción y mantenimiento de estas carreteras requieren inversiones considerables en tecnología y adaptación de redes eléctricas.
- Adaptación de vehículos. Para aprovechar estas vías, los fabricantes deben desarrollar vehículos compatibles con los sistemas de carga en movimiento.
- Regulación y normativas. Es necesario establecer marcos legales claros que regulen el uso de estas tecnologías y fomenten su adopción.
- Seguridad y compatibilidad. Especialmente en la carga inductiva, es crucial garantizar que los campos electromagnéticos no interfieran con otros sistemas electrónicos ni afecten la salud de las personas.
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El caso de Suecia: Un modelo a seguir
Suecia ha sido pionera en la implementación de carreteras electrificadas, con varios proyectos piloto que buscan evaluar su viabilidad a gran escala. Uno de los desarrollos más destacados es la carretera electrificada en la isla de Gotland, donde se ha probado la carga inductiva en autobuses y camiones de reparto. Además, el país ha trabajado en la electrificación de autopistas mediante rieles en la calzada, lo que permite que vehículos pesados puedan recargar sus baterías en movimiento.
Asimismo, el gobierno sueco tiene la ambiciosa meta de electrificar 3 mil kilómetros de sus carreteras principales para 2045, como parte de su estrategia para reducir las emisiones de carbono y fomentar el uso de energías limpias. La combinación de inversión pública y colaboración con empresas privadas ha sido clave en el avance de estos proyectos.
Los resultados obtenidos hasta ahora han demostrado que estas carreteras pueden ser una solución viable para la movilidad sostenible, lo que reduce la dependencia de combustibles fósiles y disminuye las emisiones de gases contaminantes. De esta manera, Suecia se ha convertido en un referente global en el desarrollo de esta tecnología, sirviendo como modelo para otros países que buscan modernizar sus infraestructuras de transporte.
El futuro de la movilidad electrificada parece prometedor, y las carreteras electrificadas pueden jugar un papel clave en esta transición. Con el crecimiento en la demanda de vehículos eléctricos y la necesidad de infraestructuras sostenibles, diversos países están invirtiendo en esta tecnología y colaborando con empresas del sector para desarrollar soluciones viables a gran escala. A medida que la tecnología avanza y los costos disminuyen, es posible que la electrificación vial se convierta en una alternativa común para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
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Fuente: Euronews